El mayor enemigo para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo es, sin duda, la inactividad física. Los estilos de vida sedentarios son el segundo factor de riesgo más importante de una salud deteriorada, solo después del consumo de tabaco. No realizar actividades físicas efectivas, junto a otros factores como las malas posturas corporales, el estrés o una mala alimentación, multiplican las posibilidades de padecer problemas musculares, así como otras muchas patologías.
El problema es que muchas veces no somos conscientes de hasta qué punto llevamos un estilo de vida sedentario. Nos da la sensación de que no paramos en todo el día, pero realizamos los desplazamientos en coche, trabajamos 8 horas sentados y, al llegar a casa, realizamos actividades de ocio que no implican movimiento, como ver el episodio de una serie.
Según la Organización Mundial de la Salud, lo ideal sería realizar un mínimo de 30 minutos de actividad física moderada cada día, o bien 75 minutos de actividad física intensa a la semana. Salir a caminar, montar en bici, bailar o nadar son actividades suaves que no quitan mucho tiempo en el día a día pero que, en cambio, ofrecen un gran beneficio para el bienestar de nuestro cuerpo. Por ejemplo, caminar media hora al día fortalece la estructura del cuerpo a través de unos músculos más activos y flexibles, pero también reduce los niveles de estrés y ayuda a quemar calorías.
Consecuencias del sedentarismo en tu cuerpo
El sedentarismo, junto con las malas posturas corporales, son una de las principales causas de dolor muscular. La inactividad afecta de forma directa a los músculos, que están diseñados para moverse, haciendo que se agarroten y, en ocasiones, que sufran dolor y contracturas. Las zonas más afectadas suelen ser la parte alta de la espalda y la lumbar.
Además, un estilo de vida sedentario prolongado a lo largo del tiempo hace que la persona vea reducida su capacidad de esfuerzo físico con una pérdida de fuerza de la musculatura y aumentando sus posibilidades de sufrir obesidad o sobrepeso. El sedentarismo también puede afectar al estado anímico causando ansiedad o depresión.
Beneficios de la actividad física en tu cuerpo
Al movernos y realizar esfuerzos físicos, la contracción de los músculos hace que estos sean más flexibles y elásticos, mejorando la postura y el equilibrio del cuerpo y reduciendo la posibilidad de que se produzcan contracturas y dolor.
Al mismo tiempo, al moverse, los músculos ejercen una tensión sobre los huesos que favorece la conservación de los niveles de calcio, reduciendo el riesgo de fracturas y de lesiones de tipo articular.
Además, el ejercicio físico hace que se liberen endorfinas que reducen los niveles de estrés y que mejoran el ánimo de la persona que lo practica.
Consejos para abandonar el sedentarismo
- Incorporarse a la actividad física de forma moderada.
- Reducir los desplazamientos en coche o transporte público e ir caminando siempre que sea posible.
- Mantener una dieta equilibrada.
- Prestar atención a nuestra postura corporal diaria y corregirla en la medida de lo posible.
- Realizar pausas en el sitio de trabajo para estirar los músculos y caminar brevemente.
- Participar en actividades de ocio al aire libre que incluyan ejercicio físico moderado.