Hasta que el bebé aprende a caminar, son muchas las tareas de su cuidado que implican levantar su peso o mantener posturas que pueden no resultar del todo cómodas. Y esto, a medida que el bebé va creciendo y aumentando de peso, puede llegar a convertirse en una fuente de lesiones si no se adoptan ciertas precauciones o hábitos.
La mayoría de las lesiones son de tipo pasajero y solo producen una molestia que se alivia con un poco de cuidado y adoptando una serie de consejos básicos como realizar estiramientos o masajes con una pomada para el alivio del dolor muscular. No obstante, si el dolor te impide seguir con tu vida normal o perdura más allá de las dos semanas, no dudes en acudir a un médico especialista para que revise tu caso.
Dolores frecuentes durante el cuidado del bebé:
Las lesiones más comunes en esta zona son las relacionadas con el mantenimiento de una mala postura. Las posiciones que se adoptan al dormir al bebé en brazos o al darle el pecho suelen ser las más susceptibles de provocarlas. En estos casos, es importante adoptar una postura cómoda que se pueda ir variando durante la toma y que permita cambiar de pecho si es necesario. También es importante que la postura permita bajar la cabeza para mirar al bebé, pero sin meter el mentón hacia el cuello para que el peso de la propia cabeza no tire de él.
Las mochilas o portabebés también pueden resultar un factor de riesgo para lesiones en la zona del cuello y la parte superior de la espalda. Se recomienda usarlos en períodos cortos de tiempo y asegurándose de que está correctamente ajustada en función de la altura de la persona portadora.
La zona más afectada suele ser la lumbar y una de las tareas diarias que más lesiones provoca es la de cambiar el pañal del bebé. En ocasiones, el cambiador no es del todo cómodo o no se ajusta a la altura de la persona en el momento de cambiarlo. Por eso, la postura forzada con la que se inclinan sobre el bebé a la hora de cambiarle el pañal, puede provocar cierta incomodidad o dolor lumbar. Una idea para evitar este problema es cambiar al bebé sentado sobre la cama con las piernas abiertas, situándolo entre ellas.
El movimiento reiterado de levantar al bebé puede llegar a cargar en exceso el tendón de la muñeca, provocando una tendinitis. Este dolor se puede evitar si, al levantar al bebé, ya sea por debajo de sus brazos o por la cintura, se mantienen los pulgares cerrados, es decir, si no se extienden los dedos en ángulo recto. De esta forma se aliviará parte de la tensión que sufre el tendón.
Es muy común mantener al bebé en brazos cargando todo su peso sobre una cadera. Esto provoca una tensión en esa cadera respecto a la otra y, por tanto, un desnivel entre ambas. La mejor opción es ir alternando el peso entre una cadera y otra y utilizar el carro o sillita de paseo siempre que sea posible hasta que el bebé empiece a caminar.
El peso del bebé a medida que va creciendo también supone una carga para las rodillas, que se irán resintiendo cada vez más a la hora de arrodillarse o acuclillarse.
Consejos para prevenir lesiones al cuidar de tu bebé
Prestar atención a la forma en la que interactúas y transportas a tu bebé puede ayudarte a evitar y prevenir muchos de estos dolores musculares.
- Realizar estiramientos frecuentes en aquellas partes del cuerpo que se noten especialmente doloridas.
- Realizar ejercicio moderado. Caminar durante media hora al día puede convertirse en un aliado para evitar muchas de estas lesiones.
- Evitar permanecer sentado o de pie durante mucho tiempo y en la misma postura.
- Evitar doblar la espalda al coger al bebé. Al levantarlo, se deben doblar las rodillas, no la espalda. Si, además, se hace mientras se contrae el abdomen, no se cargará tanto peso sobre la espalda.
- Evitar sujetar al bebé siempre en el mismo lado.