Existe, afecta a un gran número de personas y tiene remedio. La cefalea cervicogénica es una mezcla entre dolor cervical y dolor de cabeza. Suena poco apetecible, ¿verdad?Ya sabrás que existen muchos y muy diversos tipos de dolor de cabeza: cefaleas tensionales, migrañas sin aura o con aura, las cefaleas cervicogénicas y muchas otras más.En el caso de la comúnmente llamada migraña cervical, implica un pequeño desplazamiento de un hueso del cuello que da lugar a dolores de cabeza y causa dolor en el cuello, los hombros y la espalda. Se trata de una dolencia común que ocupa en torno al 15% de las cefaleas crónicas.Algunas personas experimentan la cefalea cervicogénica padeciendo un dolor intenso en la cabeza, que se origina en la columna vertebral y viene acompañado de visión borrosa, mareos, sensibilidad a la luz, pérdida de apetito, irritabilidad y malestar general.
Los síntomas más claros que indican una cefalea cervicogénica son los siguientes:- Dolor de cabeza unilateral. Aunque algunas veces puede ser bilateral.
- Dolor de cabeza asociado al movimiento o a posiciones sostenidas de la zona cervical de la columna.
- Dolor de cabeza provocado por la presión sobre la zona cervical superior u occipital.
- Movimiento cervical restringido.
- Dolor de hombros desplazado a los brazos.
El dolor provocado por este tipo de cefalea suele ser moderado y, normalmente, afecta a la parte frontal de la cabeza. No hay que olvidar que los síntomas pueden ir acompañados de náuseas y vómitos, por lo que deberás estar muy atento a las dolencias que acompañan a tu dolor de cabeza.Normalmente, la solución para las personas que padecen cefalea cervicogénica suele pasar por manipulaciones vertebrales a manos de un fisioterapeuta especializado, que se centrará en el cuidado del cuello. Solo los casos más agudos suelen tratarse con cirugía, aunque son muy raras las ocasiones en las que se recomienda.Es esencial que acudas a un neurólogo ante cualquiera de estos síntomas, ya que el dolor de cabeza es común en distintas dolencias y solo un especialista puede determinar la causa del mismo. También es recomendable que, hasta que te visite el neurólogo, limites los movimientos de tu cuello para aminorar el dolor y evitar empeorar la dolencia. Deberás consultar con tu especialista la posibilidad de volver a ejercitarte.