El dolor muscular a menudo está muy relacionado con la tensión, sobrecarga o lesión muscular a raíz del esfuerzo físico. Incluso puede darse en músculos específicos justo después de activarlos. Sin embargo, no activar nuestros músculos es tan o más perjudicial que sobrecargarlos.
Durante un periodo prolongado en casa, es fácil habituarse a hacer cada día los mismos movimientos fruto de una rutina sedentaria. Basar nuestro movimiento corporal en sentarnos y levantarnos del sofá o de la silla de trabajo y luego pasar ocho horas tumbados puede generar consistentes problemas musculares que derivan en dolor muscular general o localizado.
LA ATROFIA MUSCULAR
El sedentarismo lleva consigo la pérdida de masa muscular y por lo tanto la disminución de fuerza. Con grupos musculares grandes como los que se encuentran en la espalda o las piernas, podemos conseguir que incluso los pesos más livianos provoquen contracturas musculares.
Mala higiene postural
Las posturas incorrectas aumentan la presión sobre el disco de las vértebras, acción que facilita la aparición de hernias discales, contracturas y fisuras.
La falta de actividad física
Disminuye y empeora los reflejos haciendo que la musculatura se contraiga de manera inadecuada o a destiempo. Se trata del escenario perfecto para la contractura.
El sobrepeso
Si asociamos el sobrepeso con la falta de musculatura, tenemos el factor de riesgo más grave para padecer dolores musculares.
PREVENCIÓN
Si mantenemos un grado de actividad física podremos mejorar en gran medida nuestra salud y mantener una condición muscular más favorable.
No es necesario realizar una larga sesión, o la carga de pesos muy pesados. De hecho, a este tipo de cambio repentino le seguiría alguna complicación fruto del contraste por el que haríamos pasar a nuestro cuerpo. Nuestro ejercicio debe ser acorde a nuestra condición física y adaptarse a medida de nuestro desarrollo deportivo.
Caminar o correr en casa
Usa tu pasillo, terraza o salón, cualquier espacio abierto que tengas en casa es bueno para que hagas algo de ejercicio moderado. 30 minutos caminando al día o 15 minutos de trote moderado ayudan a templar los músculos, activarlos y generar cierta actividad en ellos evitando la atrofia y el dolor muscular.
Cumplir normas de higiene postural
Sentarse de forma correcta y levantarnos cada 50 minutos además de hacer estiramientos, ayudará a prevenir el uso incorrecto de ciertos músculos o mantener posiciones forzadas que contraen zonas musculares por largos periodos.
Mantener la musculatura de la espalda y las piernas
Cuidar de los grupos musculares más grandes ayudará al mantenimiento de los mismos. El uso de ejercicios musculares compuestos como flexiones y sentadillas activará en gran medida la zona muscular que queremos trabajar. Es importante no condicionar nuestro cuerpo con una sobrecarga de trabajo. La sesión debe ser acorde a nuestra condición deportiva.