Síntomas de la lumbalgia
El síntoma más común del lumbago es el dolor local o irradiado en la zona baja de la espalda, así como la inflamación y la presencia de contracturas musculares. En casos de elevada afectación pueden llegar a producirse alteraciones en la sensibilidad de la zona así como parálisis parcial.
¿Lumbalgia crónica? Causas
Que el dolor de lumbago se cronifique dependerá principalmente de la causa que lo origine. El problema es que, en la mayoría de los casos, esta no puede llegar a determinarse con exactitud. En la mayoría de los casos, se sospecha que los desencadenantes de la lumbalgia son procesos o hábitos que crean una sobrecarga sobre las estructuras de la espalda (posturas, esfuerzos repetitivos, obesidad, etc.) o motivos psicosociales (estrés, ansiedad, etc.).
Prevención: hábitos para huir de la lumbalgia
La mejor prevención para evitar el dolor de espalda, sea lumbago o no, es mantenerse físicamente activo, evitando un estilo de vida sedentario, y cumplir en la medida de lo posible con las normas de higiene postural (al sentarse, al conducir, al levantar peso, al leer, etc.) para que la espalda soporte la menor carga posible en su día a día.
Tratamientos para la lumbalgia
En caso de padecer una crisis aguda de lumbago, se recomiendan los siguientes puntos:
En primer lugar, acude a un médico especialista que diagnostique y determine si procede iniciar un tratamiento farmacológico para tratar el dolor.
- Evitar el reposo absoluto. Si el dolor por la lumbalgia obliga a guardar reposo, este debe ser lo más corto posible ya que es una medida que retrasa la recuperación. Lo ideal es que el paciente cambie de postura con frecuencia, se mueva y camine de vez en cuando.
- Mantener un cierto nivel de actividad. Durante la crisis aguda de lumbago, no se recomienda realizar ejercicio físico como tal pero, como hemos comentado, se aconseja evitar el reposo absoluto. Lo ideal es alternar pequeños paseos con sencillas actividades cotidianas en la medida que el dolor lo permita. A partir de las dos o cuatro semanas, cuando el dolor haya remitido un poco, sí que se recomienda realizar, de forma gradual y controlada, ejercicios más activos destinados a fortalecer la espalda y mejorar la flexibilidad. El tipo de ejercicio dependerá de la edad, los gustos y la causa del dolor del paciente.
- Remedios para el lumbago. La duda sobre si es recomendable aplicar calor en la zona afectada o no es muy recurrente y la cuestión es que no existen ensayos clínicos que recomienden de forma categórica la aplicación de frío y calor como remedio para tratar el lumbago. No obstante, hay guías que recomiendan frío las primeras 24 o 48 horas y, a partir del tercer día, pasar a la aplicación de calor de tipo superficial para disminuir los síntomas de dolor. Eso sí, el efecto es pequeño y el alivio es corto.
- Masajes para el lumbago. Durante el episodio doloroso, se debe evitar cualquier contacto o presión en la zona. Una vez empiece a cesar la crisis aguda de lumbalgia, ya se puede acudir al fisioterapeuta para que aplique métodos para aliviar el dolor -normalmente masajes suaves– y para que enseñe al paciente cuáles son los ejercicios y rutinas más recomendables para progresar adecuadamente en su episodio de dolor.
- Higiene postural. Como hemos comentado, las malas posturas y los malos gestos son los principales causantes de los episodios de lumbago. Por ello, es importante evitar cualquier tipo de sobrecarga en la zona de la espalda, especialmente durante el episodio agudo de dolor. También es importante mantener el ritmo de actividad habitual, pero prestando especial atención a adoptar buenas posturas y realizar movimientos y esfuerzos con la menor carga posible.