¿Cómo puedes identificar la cervicalgia?
Normalmente se trata de un dolor localizado en el cuello, aunque otras veces se extiende a los brazos, la cabeza y la espalda. Puede venir acompañado de hormigueo, adormecimiento de los dedos, dolor en la nuca, mareo y náuseas.
¿Cómo se diagnostica?
De manera habitual el especialista realiza una historia clínica completa de los síntomas de la cervicalgia y una exploración clínica para valorar la postura, la movilidad cervical y la función de los nervios y músculos en piernas y brazos, por lo que es esencial que le describas con exactitud tu dolor.
Son usuales las radiografías y, en situaciones que requieran una valoración más detallada, el TAC, RMN o electromiografías.
¿Cómo se trata?
Se suele recomendar una rutina fisioterapéutica que se prolonga tanto tiempo como requiera la dolencia. La fisioterapia, bien aplicada, favorece la relajación de los músculos y mejora la movilidad de la zona cervical. Habitualmente las sesiones de fisioterapia consisten en masajes en el cuello junto a terapias de calor localizado.
APLICA LOS SIGUIENTES CONSEJOS
- Dúchate aplicando agua a presión en la zona cervical, a la mayor temperatura que toleres, durante 10-15 minutos.
- Realiza estiramientos muy suaves de flexoextensión y lateralización del cuello durante 10-15 minutos.
- Utiliza sillas con respaldo cervical y evita el levantamiento de peso.
- Utiliza una almohada o esterilla eléctrica para aplicar calor local seco.
- Aplica cremas y pomadas de calidad para el dolor muscular.
- Visita a un endocrino y controla tu peso en caso de que padezcas sobrepeso.