Muchas veces no hace falta salir de casa para sufrir una lesión muscular. Las tareas que realizamos diariamente en nuestro hogar implican una carga para nuestro aparato locomotor y esto, combinado con malos gestos o posturas corporales incorrectas, puede ser fuente de lesiones de distinta intensidad y origen.
La actividad física recae en huesos, músculos y articulaciones en tareas diarias como fregar, barrer, limpiar los platos, hacer la cama y levantar o transportar peso. Puede que no podamos evitar tener que hacerlas, pero sí que podemos conocer cuál es la forma correcta de llevarlas a cabo y reducir así el riesgo de lesión.
Lesión que afecta a los tendones y nervios que permiten el movimiento de distintas partes de la mano. Puede llegar a provocar dolor muscular y sensación de entumecimiento y hormigueo en la mano y los dedos. Suele aparecer tras realizar el mismo movimiento con la muñeca flexionada durante muchas horas o de forma repetida.
Dolor agudo en la zona baja de la columna dorsal o lumbar que puede desencadenar en lesiones crónicas. Puede surgir fruto de forzar una postura o realizar un mal gesto mientras se realizan acciones como mover peso, limpiar los cristales o aspirar el suelo.
Dolor agudo en la zona cervical ocasionada por una contracción muscular prolongada que puede llegar a causar incapacidad para mover el cuello con normalidad. Provocada por una mala postura o movimiento brusco.
Inflamación de unas bolsas, llamadas bursas, situadas en las rodillas para proporcionar un “cojín” entre los huesos, los tendones y los músculos de la articulación. Al realizar acciones repetitivas como arrodillarse, agacharse para levantar peso o flexionar de forma incorrecta las rodillas, puede producirse una hiperfricción que las inflame provocando dolor.
Consejos para prevenir lesiones
Si, cuando llevas un rato lavando los platos, sientes que se te carga la zona lumbar, apúntate este consejo. Es recomendable hacerlo con uno de los pies alzado sobre una superficie de unos 10 cm de altura e ir alternándolos. Esta ayuda hará que no tengas que forzar la columna y repartirá mejor el peso con las piernas, en vez de hacerlo solo en la zona lumbar.
En el caso de la plancha, es importante que la tabla de planchar esté ajustada a una altura correcta. Esta debe llegar, siempre, a la altura de nuestro ombligo o incluso un poco más arriba.
Al realizar estas acciones, lo más importante es llevar a cabo el movimiento únicamente con los brazos, sin acompañarlo de movimientos de cadera, para asegurarnos en todo momento de que la columna vertebral se mantiene recta y vertical. También es importante que el palo de la escoba o la fregona sea lo suficientemente largo como para evitar tener que inclinarse para llegar a las zonas menos accesibles.
Es muy habitual tener una mala postura al agacharse y coger peso y lo hacemos doblando el cuerpo hacia delante, lo que puede ocasionar lesiones lumbares y, al cargar más peso sobre las rodillas, también problemas articulares.
Al agacharse, las rodillas nunca deben rebasar la línea de las puntas del pie y se debe hacer siempre con la espalda recta y ayudándonos de la fuerza de las piernas al subir con el objeto de peso para aliviar la tensión de la espalda.