Es imposible negar que vivimos en una sociedad cada vez más centrada en el uso de la tecnología y, en concreto, del teléfono móvil. Entrar en las redes sociales, ver una serie, jugar a un videojuego, hacer fotos, mandar mensajes, buscar una localización, realizar llamadas, etc. La lista de cosas que hacemos con el móvil es cada vez más larga y eso tiene consecuencias en nuestra salud, tanto mental -problemas de adicción, estrés, dolor de cabeza, insomnio- como física.
Consecuencias físicas de un uso excesivo del móvil
Tras un uso excesivo del móvil, es posible que sintamos dolor o rigidez en lo dedos o en las muñecas. La musculatura de nuestra mano, especialmente de los dedos, se resiente a la hora de teclear, y puede causarnos hormigueo, estrés articular o tendinitis. En los casos más graves, cuando el nervio se ve afectado, puede provocar el síndrome del túnel carpiano, causando entumecimiento, dolor y hormigueo en manos y dedos.
Un uso inadecuado y prolongado del teléfono puede provocarnos una sensación de sobrecarga en la zona de los hombros y el cuello. Al inclinar el cuello hacia adelante para ver la pantalla se aumenta la carga que este soporta. En una posición normal, nuestro cuello soporta unos 5 kilos de peso de la cabeza, peso que va multiplicándose al aumentar la inclinación, pudiendo llegar hasta unos 27 kilos con una inclinación de cabeza de 60 grados. Los síntomas de esta tensión pueden ser dolor de cabeza, rigidez de la columna y mareos.
Si al uso excesivo del teléfono móvil sumamos altos niveles de estrés y un estilo de vida sedentario o sin actividad física, es muy probable que se acaben teniendo dolores de cuello y en la zona superior de la espalda. A largo plazo, esto puede generar alteraciones en la columna, como inestabilidad o rigidez.
Contracturas musculares
La falta de actividad física y mantener el cuerpo mucho tiempo en la misma postura, normalmente forzada, hace que el músculo no se oxigene como debería y que se formen contracturas o nudos.
Consejos
- Aprende a desconectar. Analiza el uso que haces diariamente de tu móvil y establece rutinas de desconexión tecnológica. Tu cuerpo, y tu mente, te lo agradecerán.
- Para llamadas largas, libera al cuello de la tensión de esa postura prolongada y adopta el uso de auriculares o manos libres.
- Procura verificar tu postura cuando estés utilizando el móvil y corrígela: la inclinación del cuello para ver la pantalla, mantener el móvil entre el cuello y el hombro al hacer una llamada, etc.
- Reduce el tiempo en el que estás tecleando o mandando mensajes. Si puedes, sustituye los mensajes de texto por notas de audio y procura teclear con otros dedos además de los pulgares, los más usados y perjudicados.